Inicialmente este artículo pensaba escribirlo sobre el uso de las redes sociales en la educación. Mi hermano menor, que es community manager, me sugirió compartir las estrategias que estoy utilizando con mi estudiantado por medio de Twitter y de ahí surgió la idea. Justo cuando estaba por escribir mi artículo surge una nueva etapa en el sistema educativo "la cuarentena por COVID-19" y la necesidad en el uso de herramientas tecnológicas y espacios de comunicación con el estudiantado se hizo aún más necesaria y digna de un análisis más profundo y reflexión.
El miércoles 11 de marzo aproximadamente a las 4:30 de la tarde el presidente Nayib Bukele anunciaba la suspensión de clases por los primeros 21 días. Antes de ese anuncio la mayoría de los docentes creíamos tener todo bajo control y muchas de nuestras actividades debidamente programadas y planificadas. Sin embargo, todo cambió cuando el MINEDUCYT anunciaba que los siguientes 2 días (12 y 13 de marzo) se prepararían guías de estudio en digital o en físico para que el estudiantado desarrollara desde casa; que el 16 y 17 de marzo se entregarían dichas guías a referentes familiares y se buscarían los medios necesarios para mantener una comunicación constante y poder brindar orientación y apoyo durante toda la cuarentena para garantizar una continuidad educativa que evitara el menor impacto posible en el proceso de enseñanza aprendizaje. Es decir, que a partir del 19 de marzo tendríamos que trabajar desde casa.
Pero, a la fecha ¿Qué han entendido los docentes sobre dicha medida?
Hemos visto publicadas en diferentes redes la creatividad que muchos docentes están teniendo para mantenerse en contacto con su estudiantado y referentes familiares. Vemos docentes de "Soy música" , de inglés u otras asignaturas grabando su clase en videos para hacerlos llegar, vemos a niños grabando sus videos explicando las partes de una flor, circuitos eléctricos, fotos desarrollando guías, etc.
Sin dejar de lado el enorme el esfuerzo que los colegas hacen, otra gran parte no ha hecho más que quejarse y poner excusas, otros simplemente "ya cumplieron" entregando guías que en gran parte son justamente lo que se dijo que no se hiciera "una simple transcripción de clases".
Por eso es necesario analizar objetivamente los pro y contra de esta CONTINUIDAD EDUCATIVA y hacer una reflexión de nuestro papel como docente en este período de crisis.
Comencemos con los contras (y las excusas más escuchadas):
-No todos los niños tienen internet ni teléfono.
Sabemos que la brecha entre la educación privada y pública aún es grande. Que la condición socieconómica de nuestro estudiantado es muy variada, pero en la mayoría de los casos en el sector público carecen de recursos suficientes para mantenerse conectados.
-No todos los referentes familiares están en condiciones de apoyar el proceso de aprendizaje de sus hijos.
Sabemos que muchos no cuentan con un grado académico, incluso aún existe analfabetismo, otros, tienen que salir de casa por sus trabajos que, en gran parte, son del sector informal.
Ahora pregúntese:
Si a usted le tocara salvar 100 vidas pero en sus manos está solo salvar 10 ¿Dejaría morir esos 10 porque no puede con los otros 90?
Se trata de nuestro trabajo, de la evidencia del esfuerzo que hacemos por mantener los aprendizajes, de buscar soluciones, de marcar la diferencia y no ser uno más del montón que solo quiso poner excusas. Nadie se va enfermar por mantener comunicación o por enviar más guías de trabajo a su estudiantado, los medios existen, sólo hay que buscarlos. Si no lo podemos hacer con todos, al menos que se vea que lo intentamos ¿no?
Debemos prepararnos "otra vez" para el para el Nuevo Orden Mundial y éste está realizando un filtro a escala internacional. Si ya una enfermedad está matando, principalmente, a los mayores, no estaría de más pensar que esta crisis servirá también para evaluar quiénes serán prescindibles y quiénes no en el sistema educativo y en general.
Sinceramente deseo de todo corazón que después de esta crisis la Asamblea Legislativa retome el tema de las pensiones y todos los docentes en edad de jubilación sean retirados del sistema educativo; que puedan retirarse con una pensión digna y dedicarse a otras actividades que les haga sentir su vida plen
No es que hagan mal su trabajo, se les admira, pero muchos de ellos no hacen más que obstaculizar el proceso educativo y evitar avances significativos y en casos como este suelen ser los que más se quejan. Claro, esto no es exclusivo de los docentes mayores, cabe aclarar también que el problema es sobre todo actitudinal y existe mucha negatividad y rechazo a la innovación también por parte de docentes jóvenes.
Veamos entonces los pro de esta continuidad educativa en la cuarentena:
-Nos permite evaluarnos como docentes, saber que nos está haciendo falta para enfrentar una crisis como esta y otras venideras. Asimismo, que estrategias podríamos seguir utilizando aún en periodo normal de trabajo.
-Nos permite evaluar al mismo sistema educativo nacional para crear propuestas postcrisis.
-Nos da tiempo para aprender nuevas cosas o para utilizar nuevas herramientas tecnológicas.
-Por supuesto, tenemos tiempo para mejorar nuestra educación emocional y regresar siendo mejores personas y por ende, mejores docentes.
Propuestas o sugerencias:
Para el Ministerio de Educación:
-Contratar una nueva generación de docentes. Probablemente con un magisterio renovado y después de superar esta crisis, más países consideren que valga la pena cooperar con la educación de El Salvador y llevarla a otro nivel.
-Capacitar a los docentes en el uso de plataformas como por ejemplo Schoology, Moodle, OneNote, Google Classroom, Microsoft Teams u otros y dejar su uso de manera habitual en el proceso de enseñanza y además, enseñar etiqueta en el uso de redes sociales.
Para los colegas docentes:
-Aprovechar la cuarentena para mejorar la actitud, principalmente ante la vida.
-Adaptarnos al tiempo que estamos viviendo.
-Utilizar las herramientas que hasta el momento tenemos a la mano, especialmente las redes sociales que no son solo para conocer la vida de los demás, compartir fake news o para infundir pánico.
Por ejemplo mi objetivo principal con el uso de Twitter fue mejorar la redacción en el estudiantado aprovechando las características de dicha red social. ¿Por qué no facebook u otras?, para enseñarles a utilizar una nueva (para la generación de ellos ya que es una app de hace más de 10 años que suele no interesarles) que brinda la posibilidad de compartir además fotos y videos como hasta el momento lo hemos hecho.
Yo soy de las que pienso que mientras la etiqueta en el uso de las redes sociales aún no sea muy conocida ni siquiera entre docentes, no es muy conveniente tener grupos de Whatsapp con el estudiantado y referentes familiares, ni tenerlos agregados a una cuenta personal de facebook, sin embargo se puede restringir quiénes pueden escribir en los grupos, se puede crear un grupo en facebook exclusivo para cada sección o incluso se puede crear una fanpage del docente donde se compartan exclusivamente temas educativos y de sus clases.
Ante este período de crisis, buscar soluciones es lo que cuenta.
Y para los que les gustan los versículos bíblicos les recuerdo Mateo 5:41: "Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos."
Deseo que Dios cuide su salud, su vida y la de su familia. También deseo lo mismo para la mía. Pero no olvidemos que si los médicos, policías, soldados e incluso los padres y madres de nuestros estudiantes no se detienen, mucho menos nosotros que somos el motor de la educación y de los afortunados en no preocuparnos por nuestro salario ya que también ha habido gente dentro del MINEDUCYT que se ha encargado que nos nos falte.
Que Dios nos permita vernos pronto.
Serendipiteando por
Katya Sifontes de Guerra
No hay comentarios:
Publicar un comentario