viernes, 1 de marzo de 2019

El lapicero rojo: prácticas obsoletas parte 1

"¿Cómo puede estar estudiando para maestra y no cargar lapicero rojo?", me dijo, con un tono burlesco, mi tutora en mi primer práctica docente (sí...la misma que ya he mencionado en mi blog de junio pasado Docente salvadoreno: juventud-vrs. experiencia que nunca me dio donde sentarme y que su silla era un trono intocable). 

Hoy no voy a hablarles de ella, voy a hablar del objeto en mención: el bendito lapicero rojo. Y como si escribo muy largos los artículos algunos no los leen, hoy lo distribuí en dos partes para que no haya pretexto (como si fuera cierto, el que no lee, no lee).

¿Quién ha dicho que los docentes debemos calificar con lapicero rojo? ¿Quién ha dicho que los errores deben remarcarse con rojo para que el estudiante vea cuanto se equivocó? Y el motivo principal de mi reflexión: ¡¡¡¿Quién dijo que los signos de puntuación se tienen que escribir con rojo?!!! (Sí, tres signos de admiración, y si se dan cuenta ningún dispositivo electrónico los pone con rojo, se imaginarían lo tedioso que sería redactar poniendo cada coma y cada punto con otro color).

Muchos docentes realizamos prácticas por tradición, por costumbre, porque así nos enseñaron nuestros maestros, porque así vimos o así lo hemos hecho siempre y cuantas generaciones nuevas de docentes lo harán sin cuestionar o discutir si dichas prácticas realmente cumplen con objetivos pedagógicos, si realmente dejan un aprendizaje significativo al estudiante o si solo cumplen con un capricho de exigir un cuaderno "bonito.

Y quizás les sorprenda el tema pero el debate pedagógico actual está lleno de temas más elevados como la pertinencia de la PAES, que si ESMATE es mejor o no, que a ver que sucede con el cambio de gobierno...y mientras tanto se siguen dando prácticas obsoletas de manera acrítica y nadie dice nada.

Por tradición se utilizan tres colores de lapicero: azul, negro y rojo. Según un artículo de Eleconomista.es "los colores ayudan a estructurar los conceptos, a jerarquizar ideas en el cerebro y esto facilita el estudio: el azul para el cuerpo del texto, el negro para los títulos y el rojo para lo importante ya que se considera que el rojo es el mejor cromatismo para estimular la memoria por su llamativa tonalidad y por ello es el idóneo para las palabras clave." Sin embargo si nos basamos en la psicología de los colores el rojo también simboliza lo negativo.
Según un estudio de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), los docentes no deberían utilizar el rojo para evaluar los deberes o exámenes de los niños, ya que esto les desanima y les hace pensar que han sido tratados con dureza en la correción. Utilizar colores neutros como el azul los consideran menos amenazantes. 

¿A qué docente le gusta que le resalten sus errores? Es más, ¿qué docente está dispuesto actualmente a someterse a un sistema nacional de evaluación? si sabemos que la respuesta es negativa para una gran mayoría por el temor que generan los posibles resultados ¿Por qué tratar con dureza a los estudiantes con los humillantes tachones rojos en su cuaderno?

Y dejando de lado el tema evaluativo, la redacción y la ortografía en los estudiantes es cada vez peor y me atrevería a decir por la observación que llevo hace años sobre el tema que gran parte del problema radica en el cambio constante de lapicero a la hora que los niños escriben en su cuaderno sobre todo si es por exigencia del docente ya que cuando el estudiante llega a niveles superiores (por ejemplo el nivel universitario donde tiene que haber rapidez al tomar apuntes, a nivel profesional o incluso en redes sociales) prefiere omitir todos los signos de puntuación simplemente porque en la escuela nunca aprendió su verdadero uso y mucho menos su importancia, sino solo se le enseñó a resaltarlos con rojo y obviamente el tiempo que se pierde y lo tedioso que resulta cambiar de color cada vez; como suelo decir a mis estudiantes: ¿Acaso en los trabajos o en la realidad (fuera de la escuela) se tiene que cambiar de lapicero a la hora de escribir?

Debemos recordar que la escuela debe preparar al estudiante para una realidad externa no para el recinto, no para satisfacción o gusto del docente. Lastimosamente, muchos docentes aún se resisten a los cambios y a aceptar la responsabilidad de generar aprendizajes significativos casándose con prácticas obsoletas sin justificarlas de manera razonada, a esto se le une el uso del molde, repetir cincuenta o cien veces una frase como castigo, lectura en voz alta sin una lectura silenciosa previa, dictados excesivos, resolución de ejercicios matemáticos sin ningún patrón de razonamiento o aplicación al entorno...prácticas (algunas de las cuales hablaré en otra ocasión) que en están presentes en nuestros centros a pesar de encontrarnos en la era de la información y de la integración de las TIC. 

Y como no solo se trata de lanzar la crítica sin aportar soluciones, por su interés les dejo el siguiente enlace El lapicero rojo: prácticas obsoletas parte 2

Serendipiteando por 

Katya Sifontes de Guerra

2 comentarios:

  1. Hasta hoy comprendí por que me gustaba colorear las obras cuando memorizaba para las presentaciones en el club de teatro. Difieroro en cuanto a que un color desanime a los estudiantes, desde mi óptica, el desánimo responde a la falta de oportunidades que el sistema ofrece a los egresados de educación básica y media. Me gustaría una evaluación docente.

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    1. ¡Muchas gracias por estar siempre pendiente!
      Necesitamos urgentemente esa evaluación docente y cambios en el sistema.

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