martes, 22 de septiembre de 2020

Emprender en base a la Agenda 2030: parte 1

¿Conoces tú a alguien que "ande en la rebusca", a una persona "cachera" o "bisnera" , a un "comerciante" o alguien que tiene dotes de "negociante"?

Dejame decirte que por tradición en nuestro país esos términos se han utilizado para referirse a lo que en realidad es una persona Emprendedora (siempre y cuando sean actividades lícitas por supuesto).

En nuestro sistema educativo y culturalmente se nos enseñaba que los trabajos y las fuentes de ingresos provenían de las profesiones y los oficios y que los oficios los realizan las personas que no estudiaron (si no me equivoco los programas de estudio siguen repitiendo lo mismo lastimosamente).

Y ya más de alguna vez escuchamos esas frases como "si no estudias te vas a quedar a vendedor de tomates" como si no supiéramos que en estos tiempos personas que distribuyen tomates poseen muchas veces más capital que muchos profesionales.

El COVID-19 nos vino a enseñar cuales fueron en realidad las actividades económicas realmente básicas, necesarias y valiosas para la supervivencia y nos sorprendió con muchos despidos de personal (profesional o no) en empresas e instituciones y esa arrogancia que se nos inculcó que los profesionales "para eso estudiaron" y no necesitan realizar otras actividades que presten un servicio o solventen una necesidad pero sobre todo que generen ingresos, quedó anulada por una pandemia y todos conocimos más de algún ejemplo.

Es importante que reconozcamos que los tiempos han cambiado y por ende las necesidades; que el sector informal ha crecido hoy más que nunca, primero porque existe mucho desempleo y segundo porque de la necesidad surge la creatividad.

Sabemos que hoy una tienda de barrio puede alcanzar gran popularidad si tiene una publicidad creativa en sus redes sociales, que una costurera puede salirse del cuadrado "de solo hacer ropa" y vender mascarillas creativas que se distribuyen por medio de deliveries y así muchísimos ejemplos de la palabra que se hizo famosa: reinventarse. 

Hace algunos años decidí promover la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible empezando por el ODS4 Educación de calidad y el ODS5 Igualdad de género. En la medida que trataba de aplicarlos fui descubriendo la relación de unos con otros y empecé además a promover el ODS8 Trabajo decente y crecimiento económico, con la intención de hacer comprender a todos los que estén a mi alrededor que una educación de calidad es aquella  que brinda herramientas para poder defenderse en la vida, para todos, pero especialmente para las mujeres.

La educación ya no tiene que ser basada solamente en el plano académico sino que debe estar orientada al desarrollo de competencias, explotar todas las capacidades, inteligencias múltiples y a lo que llamamos "aprender oficios" que pueden convertirse en grandes proyectos de emprendedurismo, algo en lo que la familia debe ser apoyo incondicional para las instituciones educativas para que en tiempos de crisis como el que vivimos no veamos tantas personas estancadas sin saber como resolver sus problemas.

Emprender no es motivo para avergonzarse, profesionales o no, con o sin empleo; emprender dignifica, le da solución al problema o necesidad de otro, pero sobre todo, genera ingresos que pueden servir para sostener a una familia o como un extra según el estilo de vida que desees.

En la segunda parte estaré compartiendo  la aplicación de la Agenda 2030 en nuestro emprendimiento Serendipity_EKstyle.

Serendipiteando por 

Katya Sifontes de Guerra

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