¿Para qué estamos educando en este tiempo que nos ha tocado vivir?
¿Alguna vez te has puesto a pensar qué camino lleva la educación que estamos implementando actualmente en El Salvador?
Ya es bastante sabido que con cada cambio de gobierno surgen también cambios en el sistema educativo nacional ya que al momento no se ha tenido la capacidad ni la visión de crear un plan de nación sino solo un plan de gobierno al que se le pretende dar continuidad <si y solo si> sigue el mismo partido al mando ya que es una estrategia para hacer creer a la población que las cosas buenas solo saben hacerla ellos y que todo se perderá si se vota por otro.
En esta coyuntura electoral y después de haber trabajado diez años el Plan Social Educativo, ¿hacia dónde vamos? ¿qué perfil de estudiantes queremos? Pero, sobre todo, ¿qué perfil de ciudadano queremos formar?.
Son preguntas para plantearnos los docentes, pero también los padres de familia y las comunidades enteras para trabajar en conjunto sin vernos afectados por los cambios futuros al sistema educativo.
Está claro que la educación tradicional ya no llena los requisitos necesarios para formar personas productivas, pero sobre todo personas integrales a las que se les respete y se brinde atención a la diversidad, a los estilos de aprendizaje y las inteligencias múltiples, personas con las que se practique un verdadero constructivismo que sea aplicable a la realidad de su entorno.
El punto acá es ¿cuál es nuestra realidad?
Nuestra realidad está llena de un sector grande de personas que no terminaron la educación básica, otro porcentaje menor que a penas terminó la media, uno todavía mínimo que finalizó su educación superior y logró un empleo (sea o no de su especialidad), pero existe ese otro sector de gran importancia que son todos aquellos profesionales graduados que no logran conseguir un empleo y que muy probablemente se preguntan "¿Para qué estudié?", y que irónicamente observan como en muchos casos personas sin formación académica han tenido más éxito laboral o finaciero que ellos.
A este último sector ¿qué les respondemos?, este grupo de personas entre las que seguramente hubo también de los que siempre llevaron impecables sus cuadernos, siempre sacaron 9 o 10 y cumplían con todo lo que su maestro y sus padres decían, hubo primeros lugares, pero el éxito académico no les garantizó poder incorporarse a la sociedad económicamente activa.
"Tuve dos padres: uno rico y uno pobre. Uno de ellos tenía una sólida preparación académica y era inteligente. Contaba con un doctorado y, cuando estudió la licenciatura, cubrió el equivalente a cuatro años de trabajo en sólo dos. Luego ingresó a las universidades Stanford, Chicago y Northwestern para realizar estudios más avanzados; en todos los casos, con becas. Mi otro padre no pasó de segundo de secundaria.
Ambos tuvieron éxito en sus carreras y trabajaron con ahínco durante toda su vida. Los dos llegaron a recibir ingresos muy sustanciosos. No obstante, uno siempre batalló en el aspecto financiero, mientras que el otro llegó a ser uno de los hombres más adinerados de Hawái. Al morir, uno le heredó decenas de millones de dólares a su familia, a grupos de caridad y a su iglesia. El otro sólo dejó facturas pendientes por pagar." (Fragmento de Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki)
Ambos tuvieron éxito en sus carreras y trabajaron con ahínco durante toda su vida. Los dos llegaron a recibir ingresos muy sustanciosos. No obstante, uno siempre batalló en el aspecto financiero, mientras que el otro llegó a ser uno de los hombres más adinerados de Hawái. Al morir, uno le heredó decenas de millones de dólares a su familia, a grupos de caridad y a su iglesia. El otro sólo dejó facturas pendientes por pagar." (Fragmento de Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki)
Solo pensemos ¿Por qué USAID-FOMILENIO ha invertido los últimos años en talleres de diversa índole para las escuelas? Panadería, bisutería, artes plásticas, deporte, danza, música...porque el gobierno de E.E.U.U. está consciente que un país en vías de desarrollo como el nuestro no todos los jóvenes estudiarán en una universidad y que acá se sobrevive del emprendedurismo y del sector informal y que con estos talleres estamos preparando (a largo plazo) a futuros ciudadanos que serán capaces de subsistir con o sin formación académica, con o sin empleo formal.
Para la generación baby boomer es difícil aceptar que el tiempo de los cuadernos llenos de letras y en el que solo tenía oportunidades la gente que se gradúa o que consigue un empleo con prestaciones ya pasó. Debemos entender que la formación académica superior de aquí en adelante es una parte y no el todo para lograr el éxito y que en esta época no solo las profesiones sino los oficios y el emprendedurismo pueden otorgar una buena vida, y si se combinan, aún mejor.
Después de todo ¿quién administraría mejor un taller automotriz, un mecánico o un ingeniero que también aprendió mecánica en su juventud?
No debemos extrañarnos en la actualidad ver a un abogado que se dedique a la compra y venta de vehículos, administradoras de empresas dedicadas a su sala de belleza, licenciados de diversa índole con negocios de comida, lubricentros, car wash, docentes con su propio estudio de grabación de música; un título, y sobre todo el conocimiento, puede darle un plus a un negocio pero también hay personas sin título dueños de restaurantes exitosos o grandes almacenes...por este motivo las habilidades extracurriculares deben explotarse ya que en la realidad ni los salarios ni mucho menos las pensiones pueden mantener el estilo de vida al que el mismo medio nos ha absorbido.
Nuestra tarea como docentes es educar en base a competencias y brindar las herramientas básicas para comprender el entorno, y la del resto de la sociedad es enseñar educación financiera mientras no exista en el currículo nacional y apoyar a los niños y jóvenes eliminando el paradigma que el que no saca 10 será un fracasado.
Serendipiteando por
Katya Sifontes de Guerra
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