lunes, 8 de marzo de 2021

Ciudadanas del mundo: la mujer en la pandemia.

 Hace 1 año conmemorábamos nuestro último día de la mujer en la "normalidad" que conocíamos y vivíamos la última semana de nuestra vida cotidiana sin saberlo.

Con un poco de nostalgia me preguntaba dónde quedó ese mundo y si las luchas para la mujer del hoy siguen siendo las mismas de hace un año, son otras o son más. 

No es desconocido que durante el confinamiento aumentaron los índices de violencia física y sexual contra mujeres y niñas, pero también contra niños. Sucedieron muchas cosas negativas de las que las redes están plagadas pero no son solo los males hacia nosotras los que aquejan al mundo. Entre tanto solo queda seguir luchando por lo que falta hacer y agradecer lo que hemos logrado avanzar.

¿Qué tal si hoy nos sentamos a visualizar al mundo femenino que tenemos a 1 año de la pandemia? 

Celebrando 3 años de haber iniciado un blog que en un principio no tenía mucho sentido para mí, me doy cuenta que lo mejor de todo es habernos dado cuenta que todas somos mujeres reales, que detrás de mujeres aparentemente perfectas un virus vino a hacernos entender que somos hermanas en cualquier rincón del mundo que nos encontremos y que las luchas si bien es cierto son diferentes para cada una, hay un sentimiento de madre, hermana, hija, esposa, amiga que nos une a todas al habernos encontrado en una situación de caos mundial que nos volvió "hacelotodo" desde la que estaba en una casa lujosa hasta la que estaba en una casa con paredes de plástico y lámina.

Con la ironía de encontrarnos en casa el mundo se abrió para nosotras rompiéndose la brecha tecnológica y desapareciendo fronteras. Eso nos permitió tener una nacionalidad como un accesorio más porque todas nos volvimos ciudadanas del mundo y ahora luchamos por todas y para todas.

En este día internacional de la mujer, un abrazo lleno de sororidad a todas, pero especialmente a aquellas que vivimos una crisis durante este año que nos haya enseñado más que una vida entera:

A todas aquellas que ni el día ni la semana nos alcanza para todo lo que hay que hacer y mucho menos la noche para dormir y vivimos eternamente cansadas.

A aquellas que nos creemos malas madres todos los días y tenemos la esperanza de ser mejores cada mañana.

A aquellas que en home office no nos quedó ni un momento para jugar con nuestros hijos, o por el contrario el día se nos terminó atendiéndolos a ellos y no pudimos avanzar en el trabajo.

A las que nos absorbieron las tareas del hogar  mientras queríamos hacer otras cosas que sí nos gustan.

A las que no supieron lo que significa confinamiento porque tuvieron que salir a trabajar.

A las que sabemos lo que no es sano y lo seguimos haciendo.

A las que nos tocó destruir para reconstruir. 

A las docentes que entendimos el papel de madre de familia y a las madres que les tocó entender a las docentes.

A las mujeres que trabajan en salud y siguen salvando al mundo. 

A las que ayudando a sanar a otras nos sanamos a nosotras mismas. 

A las que iniciaron un emprendimiento.

A las que se inventaron algo nuevo.

 A las que la pandemia nos mostró nuestro propósito de vida. 


Desde mi hogar, para ustedes.


Serendipiteando por 

Katya Sifontes de Guerra

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